La Bandera de San Sebastián (I)

Resulta penoso constatar el menoscabo de nuestro patrimonio histórico por culpa de instituciones, grupos o sujetos que no se interesan por lo auténtico sino por lo superficial. Hace dos o tres años se institucionalizó en San Sebastián una bandera que, supuestamente, era la de la ciudad. Craso error. La enseña que se ha dado por oficial corresponde a un gallardete que los usuarios de los puertos españoles: barcos de pesca, deportivos y mercantes utilizan como identificación. El estandarte de San Sebastián, refrendado histórica y jurídicamente, nos muestra un pabellón blanco cruzado por la cruz de borgoña, o aspa de San Andrés, encarnada y con las armas de la ciudad en su centro. Parece ser que dicha insignia, la verdadera, no fue tenida en cuenta por las entidades históricas que muchos conocemos. ¿El motivo? La desidia acaso, o la falta de luces, o la pereza, o ese desapego del funcionario por las cosas importantes y válidas. De esta guisa, una bandera auténtica, acreditada y que hizo historia se arrumba para ser sustituida por otra de dudosa índole. San Sebastián debería ser rojiblanca, no blanquiazul. El folclore barato, el fútbol y otras macanas puede que hayan interferido en no menguada cuenta. Pero volveremos sobre este asunto con documentación y nombres propios. Un poco indignados, por supuesto.